Según los datos del ‘Libro Blanco de la Salud Visual 2022’, los problemas visuales han aumentado un 9% tras la pandemia. De esta forma, los problemas oculares, que antes del coronavirus sufría el 67% de la población española, se han situado en torno al 76%.
Además, entre las afecciones que han sufrido un mayor incremento en los últimos años, destacan especialmente el astigmatismo, con un aumento del 11% (pasando del 24% al 35%), y la miopía, con un crecimiento del 9% (lo que la ha hecho pasar del 28% al 37%).
Por este motivo, el CNOO hace un llamamiento para utilizar cualquiera de los 10.000 establecimientos sanitarios de óptica existentes y disponibles en España con el objetivo de mantener la visión en óptimas condiciones. Y es que tres de cada diez españoles no se revisa la visión de manera periódica, siendo los jóvenes los que acuden con menor frecuencia a las revisiones oculares con un profesional óptico-optometrista.
Esto es de vital importancia, ya que la mitad de los casos de pérdida visual se pueden prevenir con una detección temprana y el tratamiento correcto. A través de un examen visual, el óptico-optometrista no solo es capaz de determinar si una persona padece algún defecto refractivo, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, sino que puede percibir una sospecha diagnóstica de posibles anomalías que afectan a la salud ocular, como cataratas, retinopatía diabética o deficiencias visuales, de las que no se es consciente, pero que pueden provocar una pérdida irreversible de la visión, refiriendo al paciente al especialista correspondiente.
En Anfer apoyamos este llamamiento y te recomendamos hacerte una revisión visual al menos una vez al año.
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