Estamos en plena temporada de nieve y parece que este año promete.
Hacer deporte en la nieve es muy saludable siempre que tomemos unas precauciones mínimas sin olvidarnos nunca de la protección de los ojos. La nieve refleja aproximadamente un 80% de la luz solar provocando un importante efecto reflectante que hay que sumar a que con la altitud la radiación ultravioleta aumenta hasta un 10%. Por ello, cuando vamos a esquiar nuestros ojos se exponen de una manera muy directa a la radiación ultravioleta e infrarroja del sol y a sus posibles efectos adversos, como la queratitis actínica de la que advierten desde el Colegio Nacional de Ópticos y Optometristas.
La queratitis solar es una inflamación de la córnea que puede ser ocasionada por diferentes agentes como la exposición sin protección a la radiación ultravioleta en la montaña o en las cabinas de rayos UVA. Los síntomas no aparecen inmediatamente tras la exposición sino a las seis o doce horas y los más característicos son dolor, ojo rojo, lagrimeo o fotofobia. Si usted nota estos síntomas, vaya inmediatamente a un especialista para comenzar un tratamiento.
Proteger para prevenir
-Uso de unas gafas de protección solar orgánicas, pues las de polímeros de baja calidad (plástico) dejan pasar la radiación UV y pueden causar molestias oculares, dolores de cabeza y queratitis.
-Elegir unas gafas homologadas. El resto, aunque más económicas, suponen un grave peligro para la salud ocular y visual de los aficionados a deportes de invierno
-En los deportes de nieve es aconsejable el uso de filtros polarizados que minimizan el deslumbramiento.
-El color del cristal de las gafas de ventisca dependerá de las condiciones metereológicas: naranja, rojo o amarillo para días nublados, con niebla o nieve; y negro para los días con cielo despejado.
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