Al igual que sucede con la salud visual, los expertos recomendamos hacer una revisión completa al menos una vez al año. Las revisiones auditivas son rápidas, sencillas e indoloras y consisten básicamente en una audiometría tonal precedida de una exploración de oídos. De esta forma podemos prevenir y detectar posibles casos de pérdida auditiva. Normalmente, las revisiones auditivas incluyen las siguientes pruebas:
- Otoscopia, mediante la que se descarta la presencia de tapones, inflamaciones, supuraciones o perforaciones en el oído.
- Umbral de inconfort, con el que se verifica en qué intensidad sonora una persona experimenta molestias.
- Audiometría tonal aérea y ósea, que determina el umbral de audición.
- Audiometría verbal, que permite comprobar la capacidad de distinguir sonidos.

¿Para quién se recomienda las revisiones auditivas? Grupos de riesgo
- Mayores de 50 años. A esa edad puede aparecer la pérdida de audición causada por la edad, llamada presbiacusia.
- Personas de cualquier edad, pero cuya profesión supone un riesgo para su salud auditiva.
- Los jóvenes. La razón es que se están detectando casos de pérdida auditiva causada por ruido a edades cada vez más tempranas. El motivo es, principalmente, los hábitos de muchos jóvenes que escuchan música a un volumen elevado y de forma prolongada. En estos casos, y ante indicios de hipoacusia, se recomienda acudir a un especialista para una revisión auditiva.

En cualquier caso, al menor signo de pérdida auditiva hay que acudir al especialista para que nos recomiende la mejor solución, ya sean audífonos o implantes auditivos.
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