Seguro que has escuchado decir en más de una ocasión a tu óptico-optometrista lo importante que es acudir cada cierto tiempo a la revisión de la vista y, aunque te parezca que podemos exagerar… ¡es muy importante! Y aquí os vamos a contar el porqué lo es.
El objetivo principal de estas revisiones es el de detectar posibles problemas visuales refractivos y también determinadas alteraciones oculares como son el glaucoma, la retinopatía diabética o las cataratas. Incluso, una detección precoz puede prevenir los problemas que van asociados a la ceguera evitable.
Igual que ocurre con el resto de nuestro organismo, los ojos también necesitan una revisión, una pequeña itv como el coche para comprobar que todo sigue funcionando correctamente. ¿Sabrías decirnos cuándo fue la última revisión de la vista que te hiciste? Si la respuesta es más de un año, deberías leer atentamente este artículo y, después, pedir cita para un examen visual completo. El tiempo no será excusa porque el reconocimiento no nos llevará demasiado tiempo y lo que podemos ganar en salud con él compensa cualquier “pérdida de tiempo”.
Podríamos decir que hasta el 50 por ciento de los casos de pérdida visual se podrían prevenir con una detección temprana e implantando el tratamiento adecuado a cada persona. Un simple análisis visual que no te llevará a perder mucho tiempo se puede convertir en nuestro principal aliado para ayudar a nuestro sentido más importante: la vista.
¿Qué podemos ver en el examen visual?
En un completo examen visual podremos ver si padecemos algún defecto refractivo como son: la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo… pero también podremos observar indicios de posibles patologías que afecten a nuestra salud ocular como pueden ser el glaucoma, las cataratas o las enfermedades retinianas como la degeneración macular asociada a la edad o la retinopatía diabética que nos puede llegar a causar una pérdida irreversible de la visión.
Las personas de mayor edad son las que tienen un índice más alto de sufrir alteraciones con el paso del tiempo por lo que es fundamental que su revisión sea periódica y, aún más, si ya sufres algún tipo de patología. Además de comprobar que no haya más alteraciones, podremos asegurarnos de que la graduación que tenemos en las gafas o lentes no ha ido a más.
También es importante controlar la vista de los más pequeños de la casa. Por ejemplo, en el caso de la miopía infantil, cuanto antes se detecte antes se podrá emplear un tratamiento para frenar el crecimiento de la miopía y que ésta no vaya a más. En Anfer Óptica trabajamos con las lentillas MiSight para los niños y su miopía.
En resumen, acude regularmente a tu óptico-optometrista, él te dirá con qué frecuencia debes acudir según tus necesidades.
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